Dice Luisa Muraro (filósofa y feminista) que "debemos dar saltos de alegría porque el patriarcado ha terminado, porque ya no nos lo creemos."
Todavía se puede hablar mucho de este tema pero hasta allí bien. Hemos conseguido (mas o menos) librarnos de la esclavitud machista para someternos a la tiranía de nuestros hijos. Pertenecemos a una generación de madres y padres demasiado preocupados por hacer todo relacionado con nuestros hijos tan bién que nos hemos pasado. No hemos sabido poner límites a los deseos insaciables de nuestros tesoritos y ahora se han convertido en tiranos insoportables, ansiosos de cada vez más y más atención y objetos de consumo que ya no tienen cabida en sus sobrecargados reinos.
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