Maternidad como utopía
Entender la educación del propio hijo como una gran posibilidad de orientarlo hacia un ser tolerante y libre, solidario, con autoestima e iniciativa, fiel a sus ideales y respetuoso con el mundo que lo rodea, ... Y así cambiar la sociedad que no nos gusta desde dentro, convertirla en lo que nos gustaría que fuese.
Esta actitud supone mucha dedicación a nuestros hijos y requiere una maternidad activa.
maternidad creativa:
Los dibujos infantiles han servido de inspiración a muchos artistas, por su libertad, la ausencia de convencionalismos, su pureza formal y de contenido. La mirada nueva de un niño a su entorno nos muestra el mundo sin tantos prejuicios. Nos ofrece la posibilidad de redescubrir el mundo, liberarnos de muchos convencionalismos y rutinas adquiridas. Participar en esta mirada nos contagia, nos divierte, nos inspira.
La madre, una figura atemporal, básica en nuestra sociedad e icono en muchas religiones.Dar vida es el hecho mas creativo que se conoce, desde el punto de vista místico-religioso.
El poder dar vida a otro ser convierte a la madre en un ser importante y especial.
En la religión católica es la figura de la Virgen el centro de las plegarias populares, ella posee unas características que la hacen más “asequible” que la figura severa del Dios-padre. Ella es misericordiosa, sufridora, protectora, no se encuentra en otro plano elevado o lejano, sino próxima a la gente.
Los así llamados valores “femeninos” son importantes para humanizar nuestra sociedad actual, tan competitiva. El cariño es fundamental para cualquier persona. Los niños criados sin amor presentan muchas carencias, incluso pueden morir (experimentos en hospitales suizos realizados por los nazis). Por ejemplo: niños criados en orfanatos suelen quedarse más pequeños y menos desarrollados que otros de la misma edad.
Maternidad como reto de crecimiento personal:
Teniendo en cuenta lo creativo y enriquecedor que puede ser
la experiencia de la maternidad, no se debería encasillar y apartar tanto a las artistas-madres.
La responsabilidad de cuidar a otro ser, que depende al principio totalmente de nosotras dentro de nuestro cuerpo y después fuera de él, nos convierte de repente en “adultos”. Conseguimos ser menos egoístas y más solidarias. Esta responsabilidad hace sentirnos más unidas a la tierra, a lo básico y primitivo, a lo esencial: la vida. Desaparecen preocupaciones superfluas para dar paso a lo realmente importante. Afloran los instintos animales, casi olvidados como el instinto de protección. Nos preocupa más el futuro de nuestro planeta y la sociedad que nos rodea.
Artista-madre una figura que no encaja en el mercado del arte:Se buscan artistas libres y sin compromiso, disponibilidad 24 horas, para entregarse en cuerpo y alma a sus galeristas maravillosos ...
Muchos galeristas, críticos y artistas tienen el prejuicio, que la práctica artística es incompatible con la maternidad.
Las artistas-madres son invisibles en el mundo del arte, su condición de madre se esconde. ¿Y porqué no se trata igual a los artistas-padres? No conozco ningún caso de un artista (hombre) que se le haya suspendido una exposición individual en una galería porque estaba esperando un hijo, sin embargo a mí si me ocurrió.
Aún sigue muy enraizada la postura machista en el ámbito del mercado del arte y en la sociedad en general. Aunque últimamente se habla mucho de hacer más compatible la vida profesional con la vida familiar.
Entender la educación del propio hijo como una gran posibilidad de orientarlo hacia un ser tolerante y libre, solidario, con autoestima e iniciativa, fiel a sus ideales y respetuoso con el mundo que lo rodea, ... Y así cambiar la sociedad que no nos gusta desde dentro, convertirla en lo que nos gustaría que fuese.
Esta actitud supone mucha dedicación a nuestros hijos y requiere una maternidad activa.
maternidad creativa:
Los dibujos infantiles han servido de inspiración a muchos artistas, por su libertad, la ausencia de convencionalismos, su pureza formal y de contenido. La mirada nueva de un niño a su entorno nos muestra el mundo sin tantos prejuicios. Nos ofrece la posibilidad de redescubrir el mundo, liberarnos de muchos convencionalismos y rutinas adquiridas. Participar en esta mirada nos contagia, nos divierte, nos inspira.
La madre, una figura atemporal, básica en nuestra sociedad e icono en muchas religiones.Dar vida es el hecho mas creativo que se conoce, desde el punto de vista místico-religioso.
El poder dar vida a otro ser convierte a la madre en un ser importante y especial.
En la religión católica es la figura de la Virgen el centro de las plegarias populares, ella posee unas características que la hacen más “asequible” que la figura severa del Dios-padre. Ella es misericordiosa, sufridora, protectora, no se encuentra en otro plano elevado o lejano, sino próxima a la gente.
Los así llamados valores “femeninos” son importantes para humanizar nuestra sociedad actual, tan competitiva. El cariño es fundamental para cualquier persona. Los niños criados sin amor presentan muchas carencias, incluso pueden morir (experimentos en hospitales suizos realizados por los nazis). Por ejemplo: niños criados en orfanatos suelen quedarse más pequeños y menos desarrollados que otros de la misma edad.
Maternidad como reto de crecimiento personal:
Teniendo en cuenta lo creativo y enriquecedor que puede ser
la experiencia de la maternidad, no se debería encasillar y apartar tanto a las artistas-madres.
La responsabilidad de cuidar a otro ser, que depende al principio totalmente de nosotras dentro de nuestro cuerpo y después fuera de él, nos convierte de repente en “adultos”. Conseguimos ser menos egoístas y más solidarias. Esta responsabilidad hace sentirnos más unidas a la tierra, a lo básico y primitivo, a lo esencial: la vida. Desaparecen preocupaciones superfluas para dar paso a lo realmente importante. Afloran los instintos animales, casi olvidados como el instinto de protección. Nos preocupa más el futuro de nuestro planeta y la sociedad que nos rodea.
Artista-madre una figura que no encaja en el mercado del arte:Se buscan artistas libres y sin compromiso, disponibilidad 24 horas, para entregarse en cuerpo y alma a sus galeristas maravillosos ...
Muchos galeristas, críticos y artistas tienen el prejuicio, que la práctica artística es incompatible con la maternidad.
Las artistas-madres son invisibles en el mundo del arte, su condición de madre se esconde. ¿Y porqué no se trata igual a los artistas-padres? No conozco ningún caso de un artista (hombre) que se le haya suspendido una exposición individual en una galería porque estaba esperando un hijo, sin embargo a mí si me ocurrió.
Aún sigue muy enraizada la postura machista en el ámbito del mercado del arte y en la sociedad en general. Aunque últimamente se habla mucho de hacer más compatible la vida profesional con la vida familiar.
1 comentario:
Me gusta mucho tu forma de pensar, me ha marcado tu articulo, me recuerda a la carta de una mujer embarazada
http://www.madresenlared.es/blog/area/?p=1724
Publicar un comentario